Palacio Ducal / Puente de los Suspiros

PALACIO DUCAL de Venecia, es el ejemplo mejor conseguido de gótico veneciano y una de las mayores obras del arte renacentista y del siglo XVII.

Se ha reconstruido varias veces tras los numerosos incendios y representa una presencia antigua y constante en la vida de los venecianos, se le considera el “custode” (el vigilante).

El Palacio Ducal que fue durante el período de la esplendorosa República de la Serenísima, residencia del Dux, sede del gobierno y Palacio de la Justicia, es el símbolo más alto y rico de la civilización veneciana.

Es más monumental que cualquier otro edificio público y más precioso que una morada principesca.

Considerado uno de los edificios más espléndidos construidos, en su interior contiene obras de Tintoretto, Veronese, Palladio, Tiepolo, Bellini, Carpaccio, Correggio y de otros grandes maestros del Renacimiento, que decoran las enormes salas de la vida política de la Serenísima y las preciosas habitaciones del apartamento del Dux.

EL PUENTE DE LOS SUSPIROS se puede admirar desde el exterior del Puente della Paglia o se puede cruzar al visitar los itinerarios secretos de Palacio Ducal.

El puente es un paso cubierto, con dos pasillos estrechos internos, uno de entrada y otra de salida, y servía de comunicación entre Palacio Ducal y Palazzo delle Prigioni Nuove, donde estaban también los cuartos de las torturas y las oficinas de los tribunales venecianos.

Una leyenda narra, (de ahí el nombre de “Puente de los suspiros”) que los prisioneros que, desde el tribunal, pasaban por el puente para ir a las cárceles, suspiraban, al echar un último vistazo a la ciudad y a su laguna por las ventanillas del puente, extrañando la libertad perdida.

El prisionero más famoso que cruzó el Puente de los suspiros fue el noble Giacomo Casanova, cuya fuga de la tristemente célebre cárcel de los Piombi, sigue siendo la más famosa de sus innumerables aventuras de donjuán veneciano.

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